jueves, 11 de noviembre de 2010

La cita (I) (De bares, promesas y recuerdos)

Nada o casi nada había cambiado al abrigo de aquel bar. Yo afrontaba ese careo con el tiempo sin tener muy claro si, al menos, podría ganarle otra batalla. Mientras te esperaba fui sacando poco a poco los recuerdos del baúl. Todo aquello que habíamos llevado a cuestas a lo largo de los últimos diez años, todo aquello que habíamos vivido. Lo mucho que habíamos reído, lo mucho que habíamos amado, pero también lo mucho que habíamos ido dejando atrás a cada paso. Por primera vez, fui realmente consciente de lo rápido que giraban las manillas del reloj. Pero, al fin y al cabo, allí estaba, paseando el bolígrafo sobre mis páginas inciertas, que ardían sólo con rozarlas, levantando la cabeza para mirar de reojo hacia la puerta cada vez que el chasquido de sus goznes rompía la monotonía de aquel silencio tan poco compasivo. A veces se me escapaba algún recuerdo que salpicaba la árida planicie de aquella mesa de madera. Otras veces, me bastaba un rápido vistazo a la espesura del bar para darme cuenta de que todo encajaba con aquella imagen idílica que tantas veces habíamos imaginado, que se ajustaba de forma alarmantemente precisa a lo estricto del guión. De pronto los recuerdos se mezclaban con las expectativas. Por no faltar, no faltaba ni la rubia que fumaba al final de la barra. Y los recuerdos seguían amontonándose sobre la mesa, como las colillas en el cenicero. Pasaban los minutos y las horas, con esa misma naturalidad hiriente con la que pasan los años. Pedí otra cerveza. Tal vez me asaltaran algunas dudas, o lo que es peor, algunas certezas. Pero sabía que seguiría esperándote para brindar contigo o con tu silla vacía. Fuese como fuese, seguiría esperándote , abandonándome a esos recuerdos que había ido sacando cuidadosamente del baúl, que irían tiñendo de cenizas aquella mesa arrinconada en las esquinas del tiempo. Fuese como fuese, sería hermoso vivir aquella espera.

1 comentario:

Yandros dijo...

"Tal vez me asaltaran algunas dudas, o lo que es peor, algunas certezas"

Genial. Porque a veces, aunque creamos que es la duda la que nos corroe, es la certeza la que suena como un portazo de adiós, un cerrojazo hermético a la esperanza...